jueves, 30 de octubre de 2008

La historia de un niño



La historia de un niño

Hoy... sentado en la habitación,
mis manos cual pilares sostienen mi cabeza,
divagan por mis pensamientos tantos recuerdos
de esos momentos compartidos,
recuerdos de esa infancia con ese caballito balancín,
que hacía de nuestros días un verdadero festín.

Todo parecía una mágica realidad,
sin siquiera comprender lo que con el tiempo podía suceder;
era nuestro mundo... nada nos podía detener,
hasta que llego el momento que los sueños se empezaron a perder,
nuestro equipaje preparado estaba
y llego la señal que otro lugar nos esperaba.

A esa edad no comprendíamos nada,
solo era una aventura partir a ese mundo desconocido,
atrás quedaba eso que marcaría nuestro destino;
junto a nuestro padre recorrimos tantos caminos,
mientras el corazón se endurecía
porque no estaba permitido llorar por lo que más se quería.

Así aún siendo niño mis lágrimas perdía
y la vida se hacia mas intensa porque había que vivirla,
aprendí a callar mis penas, mientras mis juegos infantiles perdía,
aprendí a ser sirviente mientras el resto... su vida vivían,
me fue formando la vida a golpes en mi travesía
pero mi corazón en su silencio, en su agonía, aún latía.

Cuantas noches me abrigue con las estrellas,
mientras mis ojos humedecidos se dormían
y al despuntar el alba el canto de un gorrión me esperaba,
mientras mi alma en silencio sollozaba,
mientras mis pasos se encaminaban...
al encuentro de esas manos que amaba.
Que importaba mi edad solo soñaba con llegar,
para estar en su regazo sintiendo el calor de sus brazos;
muchas veces sentí miedo al verme acurrucado en el suelo,
pero había aprendido de la vida a darme mi propio consuelo
a levantarme de mis caídas para al cielo llegar
y a compartir un pedazo de pan... con el que hace de la calle su hogar.

Es la historia de un niño cualquiera
que vive en la calle... pidiendo que lo quieran.


Delfín Dorado
Septiembre-2008
Derechos reservados

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